LAS MIRADAS
Saber interpretar los tipos de miradas es todo un reto. Su importancia radica en que podemos deducir su estado de ánimo y la conexión con su realidad de dicha persona.
Con una simple mirada obtenemos y damos reconocimiento, nos conectamos y nos relacionamos con los demás.
Entre los tipos de miradas; tenemos a los siguientes:
- La mirada seductora.- Es cuando una persona desea conquistar a otra; la persona baja ligeramente el mentón, mira de frente, con los ojos semiabiertos, mirada profunda, cargada de sensualidad y cierto placer. Suele durar un poco más de la mirada normal.
- La mirada paranoica.- Generalmente, expresa desconfianza y temor. La persona se siente amenazada, tiende a no fijar la mirada de frente, sino a mover la pupila horizontalmente, mirando hacia el lado izquierdo o derecho.
- La mirada paranoica.- Generalmente, expresa desconfianza y temor. La persona se siente amenazada, tiende a no fijar la mirada de frente, sino a mover la pupila horizontalmente, mirando hacia el lado izquierdo o derecho.
- La mirada vacía.- Sin color ni energía, es poco expresiva, se mira fijamente, pero no al interlocutor sino al piso o al infinito.
- La mirada perdida.- Es extraña, extraviada, no establece contacto visual, y si lo hace es por poco tiempo.
- La mirada ingenua.- Es clara, limpia, acompañada de otros gestos; como sonrisa dulce al mirar, capta sinceridad espontánea y honestidad.
- La mirada esquiva.- Expresa cierto temor a ser descubierto o reconocido por algo, bien sea que la persona este mintiendo u ocultando información.
- La mirada profunda.- Es característica de personas espirituales, es transparente y se mira fijamente pero con suavidad.
- La mirada triste.- Característico en personas que tienen los ojos caídos, ocasionalmente están enrojecidos o llorosos.
- La mirada de “mal ojo”.- La tienen las personas de mirada muy fuerte. Está asociada a la creencia de que se presenta en personas que son maléficas, cargadas de envidia y que pueden llegar a producir quebrantos en la salud de otros.
- La mirada “que mata”.- Es una expresión que es utilizada para las personas que miran con odio, rabia y recelo.
- La mirada retadora.- Es con la ceja levantada, dientes apretados, ojos que miran fijo.
- La mirada amorosa.- Cargada de afecto positivo, profunda, suave, idealizada, la cual no debe confundirse con la libidinosa; que desnudan a los demás mientras se babean, causando repulsión o rechazo.
- La mirada ausente.- Es cuando aún la persona nos está mirando a los ojos, se capta lejana, sus pensamientos divagan por otro camino, es una mirada serena pero distante.
- La mirada sana.- Es cuando se mira de frente pero con serenidad. Se mantiene la mirada fija por unos segundos con parpadeo frecuente.
LA POSTURA CORPORAL
La postura del cuerpo o sus partes en relación con un sistema de referencia, ya sea la orientación de un elemento del cuerpo con otro elemento o con el cuerpo en su conjunto, o bien su relación con otra persona. En este apartado se distinguen las posiciones corporales abiertas y las cerradas. Una posición abierta es aquella que implica la no separación de un interlocutor de otro mediante brazos y piernas. La cerrada, por el contrario, es la que implica la utilización de piernas y brazos para proteger el cuerpo o para servir de barrera para que el otro individuo se introduzca en una interacción que se mantiene. Por ejemplo, cruzar los brazos, sentarse para hablar con alguien, etc.
LA EXPRESIÓN FACIAL
Con la expresión facial expresamos muchos estados de ánimos y emociones. Básicamente se utiliza para regular la interacción y para reforzar o enfatizar el contenido del mensaje dirigido al receptor. Nosotros utilizamos la expresión facial para: expresar el estado de ánimo, indicar atención, mostrar disgusto, bromear, reprochar, reforzar la comunicación verbal, etc.
Paul Ekman elaboró un método para descifrar las expresiones faciales mientras trabajaba con Wallace Friesen y Silvan Tomkins. Es una especie de atlas del rostro que recibe el nombre de FAST (Facial Affect Scoring Technique). El FAST clasifica las imágenes utilizando fotografías (no descripciones verbales) y dividiendo el rostro en tres zonas: la frente y las cejas, los ojos y el resto de la cara, es decir, la nariz, las mejillas, la boca y el mentón.
LOS GESTOS
Un gesto es una forma de comunicación no verbal ejecutada con alguna parte del cuerpo, y producida por el movimiento de las articulaciones y músculos de brazos, manos y cabeza.
El lenguaje de los gestos permite expresar una variedad de sensaciones y pensamientos, desde desprecio y hostilidad hasta aprobación y afecto. Prácticamente todas las personas utilizan gestos y el lenguaje corporal en adición de palabras cuando hablan. Existen grupos étnicos y ciertos lenguajes de comunicación que utilizan muchos más gestos que la media.
Ciertos tipos de gestos pueden ser considerados culturalmente aceptables o no, dependiendo del lugar y contexto en que se realicen.
Se distinguen cinco categorías de gestos, propuestas por Paul Ekman y Wallace Friesen:
- Gestos emblemáticos o emblemas: son señales emitidas intencionalmente y que todo el mundo conoce su significado. (pulgar levantado)
- Gestos ilustrativos o ilustradores: son gestos que acompañan a la comunicación verbal para matizar o recalcar lo que se dice, para suplantar una palabra en una situación difícil, etc. Se utilizan intencionadamente. Este tipo de gestos son muy útiles en los discursos y cuando se habla en público.
- Gestos reguladores de la interacción o reguladores: Con ellos se sincroniza o se regula la comunicación y el canal no desaparece. Se utilizan para tomar el relevo en la conversación, para iniciar y finalizar la interacción, para ceder el turno de la palabra… (dar la mano).
- Gestos que expresan estados emotivos o muestras de afecto: este tipo de gestos reflejan el estado emotivo de la persona y es el resultado emocional del momento. Como ejemplo podemos mencionar gestos que expresan ansiedad o tensión, muecas de dolor, triunfo, alegría, etc.
- Gestos de adaptación o adaptadores: son aquellos gestos que se utilizan para manejar emociones que no queremos expresar, para ayudar a relajarnos o tranquilizarnos, etc. Aquí podemos distinguir los signos dirigidos a uno mismo (como por ejemplo, pellizcarse), dirigidos hacia los objetos (bolígrafo, lápiz, cigarro, etc.) y los dirigidos a hacia otras personas (como proteger a otra persona). Los adaptadores también pueden ser inconscientes, unos ejemplos muy claros son el de morderse una uña o chuparse el dedo, muy común en los niños pequeños.
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